Esta enormidad abruma por sus dimensiones, su decoración y las cifras que en todas la guías apuntan al número de mármoles diferentes utilizados, el peso de sus pilares y columnas, los barcos y trenes especiales para traerlos desde Finlandia, etc.
Para que no haya dudas dada su grandeza, el día del nacimiento de Pedro I coincidió con la festividad de San Isaac, por lo que una vez más el fundador está detrás del símbolo.
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