jueves, 18 de agosto de 2011

Hoy hace veinte años


Hoy hace veinte años D. y yo amanecíamos en un traqueteante tren alemán que se dejaba llevar lentamente hasta la estación en Berlín.

Europa era un poco diferente, y Berlín más aún. La Postdamer Platz era un gran socavón y los trabant no eran objetos de coleccionista. Las grandes avenidas del este seguían desiertas y la ciudad seguía siendo dos mundos.

Al bajar del tren sólo oíamos una palabra reconocible, en las radios de los taxis, en las televisiones de los bares: Gorbachov. El golpe de estado en Moscú había sorprendido al líder en su dacha de Crimea. Y a los berlineses, como a media Europa, asomándose entre las ruinas del telón de acero.

De repente todo parecía volver atrás, como si se hubiera tratado de un año y medio irreal. En Berlín se palpaba la inquietud. Tal vez una nueva división, o peor aún, otra guerra.

Hoy, 18 de Agosto, veinte años después llegamos a Moscú, donde ocurrió todo, donde la famosa foto de Yeltsin subido a un tanque. Han cambiado unas cuantas cosas desde entonces, también en Rusia. Hoy los grandes coches alemanes con los cristales tintados vuelan sobre las avenidas moscovitas con millonarios escoltados, los centros comerciales se suceden en las calles y bajo ellas, y en Berlín ya no hay caminos de vuelta.

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