El grandioso palacio de invierno (sí, hay uno de verano, muy pequeño, a poca distancia), construído como residencia de Pedro I, y donde murió, ocupa el centro de la ciudad y durante mucho tiempo, el centro de toda Rusia.
Son muchos los acontecimientos históricos acaecidos en este edificio, residencia de los zares durante dos siglos. Nacimientos, muertes, intrigas, revueltas. La revolución de 1917 que se materialza con su asalto.
Y por si todo ello fuera poco simbólico, acoge en su seno uno de los más importantes museos del mundo, el Hermitage.
La fachada principal se abre a la gran plaza del Palacio, con los edifios de la administración general cerrándola en semicírculo, y con la gran columna de Alejandro I, que conmemora la victoria de sus ejércitos sobre Napoleón.
La otra gran fachada se extiende a lo largo del Neva. En el interior, un gran patio central mantiene la unidad de estilo, en un tono verde peculiar y con unos dorados barrocos tan del gusto peterburgués.
Impresionante!!!!!!!
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