Tendida a lo largo del Volga, Kostroma transmite un sensación de estar verdaderamente a medio camino entre Europa y Asia central. Su gran plaza, batida por el viento, parece un gran lugar de mercado para tribus nómadas. Llegamos al extremo Este de nuestro viaje.
Su principal atractivo es el monasterio Ipatievsky, con la catedral de la Trinidad y sus brillantes frescos, en la orilla opuesta del Volga. También el origen de la prosperidad de la ciudad, ya que desde que el primer zar Romanov, Miguel I, fuera llamado desde sus celdas a ocupar el trono, sus descendientes han protegido y enriquecido la ciudad, por otro lado tan expuesta a las incursiones desde el Este.
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